Sucedió hace años durante su visita de trabajo a la Tienda Mirae sita a la ribera del río Pothong de la capital Pyongyang.
  Mientras pasaba por varios departamentos, él clavó su vista en horquillas relucientes de pelo "Cosmos".
  El mostrador donde estaban exhibidas sus muestras de distintas formas y colores, se asemejaba a un jardín de hermosas flores plenamente abiertas.
  Mirándolas con aire satisfecho, él dijo que los preferían las mujeres.
  A continuación, afirmó que en la tienda debían cerciorarse de qué tipo de horquilla preferían las féminas, para pedirlo a la fábrica y ponerlo a la venta. Y subrayó que era importante averiguar a menudo qué forma se demandaba mucho aunque fuese de la misma especie.
  Asimismo, durante el recorrido por la Exposición Nacional de Bellas Artes Industriales, dio las instrucciones de realizar el diseño de las horquillas de pelo para las mujeres, combinando en forma bien orgánica el aspecto pragmático con el estético.
  Luego, tomó medidas para elaborar bien los broches de la misma marca, junto con los ganchos de pelo.
  Asimismo, cuando realizaba un recorrido por el mostrador de ganchos de pelo "Cosmos" en el Almacén para Niños de Pyongyang, se interesó por hacerlos bonitos en bien de las niñas y cuando enviaba regalos a los niños de los asilos, orfanatos y escuelas primarias y secundarias para huérfanos de todo el país, hizo incluirlos en la lista.
  De verdad, vive el pueblo coreano bajo el regazo benigno del padre deseoso de ofrecerle siempre lo mejor de este mundo.