/ Cultura - Educación, salud pública
¡La amamos y respetamos!
  El médico es el empleo respetable, porque alivia el dolor a los pacientes y restablece su salud.
  Kim Ryo Sun, neuróloga del Hospital de Municipio Pothonggang, se dedica a la asistencia médica durante más de 20 años.



  Cuando se ubicó en 2003 en la sección neurológica de dicho establecimiento sanitario, después de haberse graduado del entonces Instituto Superior de Cirugía de Pyongyang, ella decidió trabajar con abnegación y ser médica diestra y respetada por la población.
  Pero la realidad era muy distinta de lo que pensaba.
  Imaginaba que su profesión consistiría en tratar a los enfermos con la blanca y pulcra bata puesta. Pero, le costó mucho trabajo acudir a socorrer a los pacientes urgentes que surgían en cualquier momento. Recorrer cotidianamente todos los rincones del municipio, desde la madrugada temprana hasta la noche bien avanzada la cansaba mucho en lo espiritual y físico. Además, hecha ya ama de casa, cuando regresaba a casa a medianoche y veía a la hija dormir a solas, derramó muchas lágrimas de pena, y a veces le surgía la idea de abandonar su empleo tan difícil.
  Pero, al ver a los habitantes recuperados agradecerle de todo corazón con las lágrimas en los ojos, se sintió orgullosa.
  En abril de 2022, Kim Ryo Sun se enteró de que la veterana de guerra, moradora en el barrio Taebo, estaba imposibilitada de moverse a causa del recrudecimiento de la herida sufrida durante el pasado conflicto. A la sazón, los médicos de la clínica del barrio no supieron cómo hacer e incluso la anciana misma perdía la esperanza de recuperación, sin comer debidamente.
  La médica Ryo Sun se dedicó sin titubeo al tratamiento del mal de la anciana. Con alta devoción, la visitó cada día, aplicándole los métodos Coryo de acupuntura y moxibustión. La ayudaba a levantarse y practicar la andadura, como si tratara a un niño que daba primeros pinitos, y después de tal ejercicio, le aplicaba sin falta hasta el masaje manual.
  Tenía únicamente el anhelo de levantar de la cama a toda costa a la veterana de guerra apreciada tanto por el país. Gracias a su sincera asistencia médica, la abuela llegó a andar al cabo de 102 días y participar en la 8ª Conferencia Nacional de Veteranos.
  Se conoce que llega a casi 1500 el número de pacientes recuperados de este modo por ella durante más de 20 años.
  En aquellos días, ella adquirió alta capacidad de pronosticar y curar con prontitud varios males de urgencia y ricas experiencias clínicas, y publicó varias tesis inclusive la titulada "Experiencias de tratamiento del nervio muscular mediante la combinación de los medicamentos con la onda de baja frecuencia".
  Hoy en día, los habitantes del municipio la aman y respetan, considerándola como propio familiar y ser carnal.
  ¡Te amamos! ¡Te respetamos!
  Kim Ryo Sun se siente orgullosa y digna de su profesión, ingeniera de la vida humana, cada vez que los ve agradecerle.
  "A mi juicio, en nuestra sociedad en que reinan como aire las virtudes y el afecto, la devoción de los médicos al ser humano es precisamente el amor al pueblo, y la dedicación a éste, la manifestación de su sinceridad y patriotismo. Me envían las cartas en traducción de su sincero agradecimiento numerosos habitantes ya recuperados. Las considero como la orden y condecoración concedidas por el pueblo a nosotros, trabajadores médicos. 
  Aunque no lucen en mi pecho las ordenes y medallas, dedicaré más devoción al tratamiento de enfermos, manteniéndome de modo invariable en el orgulloso camino de fidelidad y patriótico para apoyar la política de salud pública del Partido del Trabajo de Corea, la mejor del mundo."
  Kim Ryo Sun se dedica hoy también al servicio médico, con la constante conciencia de que su visita a los pacientes es la honrosa tarea de transmitir al pueblo los beneficios del régimen de salud pública socialista.