Desafiando a la imposibilidad

Viendo a sus padres dedicarse en toda la vida a la medicina, él se percató en todo momento, de que no había trabajo más honroso y significativo que proteger la vida humana.
Por esta razón, él, después de haber terminado el curso universitario hace más de 20 años, se ubicó en el centro de cancerología, con un sueño y ambición excepcional.
A fin de aliviar aunque fuese poco, la desesperación e inquietud que el cáncer causaba a los pacientes, él se entregó a la investigación sobre nuevo método de su tratamiento.
A la sazón, aunque se lograba éxito de un modo a otro en el tratamiento de los pacientes a quienes se diagnosticaba de antemano el síntoma, se daban las conclusiones "incurable" a quienes no tenían la indicación operacional o el mal se empeoraba después de la operación.
Cada vez que hacía regresar a los enfermos que venían con un rayo de esperanza, él se sentía culpable de no cumplir con la obligación médica. Era su credo que el médico no debía retroceder nunca, aunque el enfermo mismo abandonara la esperanza de vida.
Él tomó la decisión de establecer sin falta un científico método de alargar al máximo la esperanza de vida de los pacientes y profundizó la investigación.
El estudio sobre el cáncer considerado como enfermedad maligna a escala mundial, no fue fácil como beber un vaso del agua. Pero, al cabo de afanosos esfuerzos, él completó los métodos terapéuticos eficientes en activar la función de las entrañas enfermas, impulsar el metabolismo del cuerpo y controlar los tejidos cancerosos, gracias a los cuales recibió más de 10 certificados de introducción del éxito científico-técnico del Estado.
Perfeccionó el método de tratamiento más eficiente, conforme a la constitución física de los coreanos y lo introdujo en la práctica clínica, lo cual permite aplicar con habilidad diversos modos del tratamiento sobre el cáncer.
"Francamente dicho, todos los enfermos consideran el cáncer como el mal incurable y se quedan desesperados por la cancerofobia. Ver darse el alta a los pacientes restablecidos gracias a la asistencia médica, me infunde orgullo de ser médico y apego a mi profesión.
En adelante, haré todo lo que esté a mi alcance para fomentar la salud del pueblo, introduciendo de modo activo las ciencias y técnica ultramodernas en la cura tumoral."
Nuestro protagonista reta a la imposibilidad, con el único anhelo de proteger la vida de la gente mediante la aplicación de efectiva técnica del tratamiento del cáncer.